
Voy a empezar a hablar del motivo de mi blog, que arrancó su funcionamiento hace años. Se me estaba olvidando el necesario buscar en la identidad de lo que somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos, por qué estamos aquí, filosofía pura. De eso se trata, de escrutar entre nosotros, los que somos de acá y no de otra parte, de los que vivimos en este lugar tan auténtico pero tan extraño. De eso quiero hablar hoy, de que soy huasteco, de que me voy reconociendo en las costumbres, en las necesidades y en la búsqueda incesante de respuestas, como por ejemplo, por qué estamos tan abandonados, por qué me entran estas ganas de no ser de Veracruz y de México. Me acuerdo de pronto de Texas y su guerra, su lucha y sus escusas que volvieron causas de no pertenecer al estado mexicano: estaban más cerca de los Estados Unidos, más lejos de su país y más dejados de la mano de Dios, en el que ya casi ni creía. El gobierno mexicano no hizo nada por acercarse a los texanos, dejó que se fueran, no les dio tiempo ni lo dispusieron para que no se fueran, bastaba un poco de atención, de política interna, de prioridad, al cabo estos de acá no querían irse, ni ellos, se vieron obligados por su vecino, que se moría por tenerlos y los engatusó, los texanos no se fueron por sí mismo, sino que su partida fue auspiciada por la necesidad de otros, de ellos mismos pero de otros.
Yo soy huasteco porque vivo en la parte norte del estado de Vercruz, territorio hace muchos años de los huastecos, que colinda con el sur y el norte de otros estados como Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro, Puebla e Hidalgo, estaos que conforman la Huasteca mexicana y que no sólo coinciden con su ubicación territorial sino en sus costumbres, su gastronomía, su marginación. Los huastecos somos marginados, hijos del olvido, texanos modernos que no están lejos, que se sostienen por sí mismo, que comen y beben lo que pueden, que se han ido haciendo menos porque el gobierno ha puesto una línea, un límite imaginario donde se detiene a observar y dice convencido "hasta aquí es México". La verdad yo soy huasteco y se me está olvidando el himno mexicano y el de Veracruz nunca me lo he aprendido. Ojalá el gobierno se acuerde de nosotros sino vamos a tener que agarrarnos de lo poco y mucho que somos, de nuestra identidad, de nuestras raíces que se extienden como brazos que circundan la cintura, que abrazan el alma, que susurran al oído yo sí te quiero.
Cuitláhuac Chávez Salinas
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