Foto de archivo. |
El gobernador de Veracruz Javier Duarte de Ochoa es otro ejemplo de incongruencia y de mal gobierno en México. Un hombre que pone en entredicho la seguridad en el país, que se muestra hasta irrisorio cuando trata el tema de dos compañeros periodistas muertos en la colonia Narvarte en la ciudad de México y que lo vinculan a él en un vídeo que grabara antes de morir el joven fotoperiodista Rubén Espinoza. Es vergonzoso que el gobernador haya sido señalado por el hoy occiso y las autoridades no consideren el hecho como importante por ser un político priista, partido al cual pertenece el presidente de la república Enrique Peña Nieto.
Duarte en su conferencia de prensa aconseja a los periodistas, a los activistas y a los veracruzanos en general a que nos portemos bien porque luego le echan la culpa a él, "Cuídense", dice el político irresponsable, descarado y simpático. Habría que preguntarse quién asesora al gobernador, porque cuando habla en dicha conferencia lo único que da es risa y vergüenza, de que un hombre con tal responsabilidad diga tantas burradas y parezca un papá regañón, cuando el tema que se está tratando es vital e importantísimo, que tiene que ver con las desapariciones forzadas en México y las violaciones a los derechos humanos de periodistas y activista como los estudiantes de Ayotzinapa, por poner solo un ejemplo.
Duarte se deslinda de la muerte de Rubén Espinoza cuando él es el único responsable de su asesinato. No podemos afirmar que él haya mandado a matarlo, aunque existe esa posibilidad, porque Rubén Espinoza lo había investigado bastante bien y tenía información sobre sus malos pasos; sin embargo de ello, no podemos comprobar su participación directa en el asesinato, porque está protegeido por la justicia mexicana, al mando absoluto del régimen priista. De lo que sí podemos responsabilizar al gobernador es de su incapacidad para proteger a los periodistas en el estado que gobierna y a la ciudadanía en general, porque no sólo Rubén ha sido asesinado, también Regina y otros 12 periodistas que criticaban al gobierno duartista e investigaban a los miembros de la delincuencia organizada en nuestra entidad.
Duarte a los que tiene que regañar es a la bola de ineptos que trabajan en su gabinete, que no pueden controlar lo que sucede en Veracruz y no son capaces de que haya paz social en nuestro Estado. Duarte tiene que regañarse a sí mismo porque no controla sus ímpetus y es un visceral que no perdona nada, ni que lo investiguen, lo que hace pensar que es capaz de mandar a matar. No es un hombre capaz de negociar y que impone su ley, la del más fuerte. Por eso creemos que pudo haber mandado a matar a Espinoza y armar todo este cuento de las drogas, del robo y demás. o también conocí a Rubén Espinoza en una manifestación en Xalapa y no lo vi como un miembro del hampa, lo invité a que fuera a tomarle fotografías a un grupo de gente de San Juan Otontepec, que en ese momento estaban luchando por un terreno en la Sierra y que estaban siendo amenazados y me dijo que lo iba consultar con sus jefes de la Proceso y si lo autorizaban iría; nos tomó una foto, me hizo preguntas sobre el pliego petitorio, un hombre joven pero serio, que buscaba la nota y lo más importante, había escrito sobre el gobernador, quien lo conocí muy bien.
Hay motivos para pensar que el gobernador Javier Duarte de Ochoa pudo haber mandado asesinar a Rubén Espinoza y si no lo hizo, al menos podemos acusarlo de irresponsabilidad y de negligencia, porque su gobierno ha estado permitiendo sistemáticamente los asesinatos de periodistas y activistas que lo único que buscan es la verdad. Los regaños de Duarte son una mentada de madre, una grosería, una irrisoria hipocrecia.
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