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sábado, 8 de noviembre de 2014

EL ESTADO ASESINÓ A LOS ESTUDIANTES DE AYOTZINAPA

El tema sobre la matanza de Ayotzinapa es interminable. Nos hace remontarnos a masacres pasadas y vergonzosas que ha cometido el Estado en contra de su pueblo. No podemos olvidar la matanza de Tlatelolco en el año 68, que el Estado asesinó no sólo a 43 estudiantes si no a más de 5000 sin que hubiese castigo ni responsabilidad alguna contra él.
La barbarie que se vive en México es inusitada y vergonzosa, en el 71 el estado mexicano asesinó y desapareció a otros cientos de estudiantes sin que hubiera consecuencias para él. En esas dos terribles ocasiones el Estado hizo cómplices a la prensa y a políticos corruptos que según eran parte del Movimiento. Cualquier intento de subversión fueron acallados con balas o con dinero, ninguno de los activistas del 68 y del 71 se pudo resistir ante tales propuestas. Los jóvenes sobrevivientes de ese entonces terminaron en partidos de la izquierda o trabajando para el gobierno. Todo se calló y todo murió por un tiempo. El Estado. como siempre, no iba a permitir que unos jóvenes desestabilizaran el país, como no lo iba a permitir ahora con los estudiantes de Ayotzinapa.
José Luis Abarca, el supuesto actor intelectual de los asesinatos es vinculado a un grupo criminal de Guerrero, haciendo creer que el asesinato fue cometido por la delincuencia organizada. Eso no es cierto y lo sabemos todos. El asesinato fue cometido por el Estado porque los estudiantes han sido durante mucho tiempo un foco rojo para el gobierno y no sólo municipal y estatal sino para el federal, pues Enrique Peña Nieto no quería que se repitiera la historia de Lucio Cabañas en Guerrero.
Lo que estamos viviendo es un momento histórico complicado y una confusión absoluta, promovida por el gobierno de peña Nieto, quien nos ha tratado de hacer creer que fue el PRD el culpable de la masacre cuando lo han sido todos los partidos y todos los niveles de gobierno. Fuentes aparecidas en las redes sociales hablan de la participación del Ejercito Nacional en la detención y desaparición de los jóvenes estudiantes y esto ya no es responsabilidad de Abarca sino del estado Mexicano.
Enrique Peña Nieto y el Estado a su cargo son los culpables de la matanza de Ayotzinapa, matanza que no se atreven a reconocer porque son incapaces hasta de hacer eso. El Estado está tratando de encubrir algo más grande, que les afecta demasiado y ya no sabe qué inventar, qué decir, qué mentira contarnos. Los padres, como es lógico quieren escuchar que sus hijos están vivos y es natural, por eso el Estado permanece callado, alargando el sufrimiento de los familiares, para que no se desborde la inconformidad contra el gobierno de Peña Nieto.
Ayotzinapa es un ejemplo de la realidad del país, que los priistas han querido esconder desde que entraron nuevamente a gobernar, pero quieren tapar el sol con un dedo, porque el problema no está en el municipio de Iguala sino en casi todo el país. Los presidentes municipales, sean del partido que sean, son unos prepotentes y tienen vinculación con la delincuencia organizada. Pasa en Iguala, en todos los municipios de la Huasteca, donde yo vivo, y me atrevería a decir que en todos los municipios del país. El Estado está coludido con la delincuencia organizada y se ayudan mutuamente. La corrupción avanza y en México todo está podrido.
El Estado asesinó a los estudiantes de Ayotzinapa: Enrique Peña Nieto, los secretarios, Abarca, Aguirre, su esposa, el Ejercito Nacional, la Marina, la Policía Estatal, Federal y Municipal y todos los niveles de gobierno están de acuerdo para tapar este crimen. Ayotzinapa es México y refleja el nivel de gobierno que tenemos. El gobierno federal no puede decir que es un problema estatal o municipal si el se encarga de regular y supervisar los pasos de gobernadores, presidentes municipales y demás funcionarios en el país, cosa que el gobierno de Peña Nieto ha sido incapaz de realizar.  En México vivimos en la impunidad total y sólo hay despidos, renuncias y castigos hasta que suceden las masacres, mientras tanto vivimos en el país donde no pasa nada.

viernes, 7 de noviembre de 2014

CHANO: UN DICTADOR MUNICIPAL

El profe Chano, como se le conoce al presidente municipal de Naranjos-Amatlán, Veracruz, es un caso preocupante de intolerancia en nuestro país. Tal vez mucha gente piense que sólo es un presidente municipal y que no pasa de ahí, pero ya vimos que sí paso de ahí en el caso de Ayotzinapa municipio de Iguala, Guerrero; y mucho, tanto, que se ha vuelto un tema de índole internacional.
El profe Chano es intolerante y vengativo. Es un dictador y así lo ha demostrado. En la comunidad de Amatlán la gente lo "corrió" con ofensas y mentadas de madre porque fue a ese pueblo a imponer su ley y abrir el Auditorio acompañado de la Fuerza Pública sin tratar de abrirse al diálogo. Ya lo he comentado en otro artículo, que violencia genera más violencia y más si viene del presidente municipal que es a quien le corresponde protegernos como ciudadanos.
El hecho anterior no es aislado. El profe Chano, con enemigos por doquier, terminando una cabalgata en el municipio, fue a un campo de fútbol que todos conocemos por La Marina, donde se lleva a cabo una liga de dicho deporte, y entró a la fuerza y sin permiso a dicho espacio. El presidente llegó a La Marina con todo y caballos y abusando del poder que le da la envergadura presidencial del municipio entró, enfrentó a la comitiva del campo que se negaban a que entraran, los insultó y con su proceder les dijo "aquí mando yo". Nunca había escuchado expresiones en contra de un presidente como la de "Ese viejo está loco", que me hicieron pensar en el ya tan conocido presidente municipal de Iguala que mandó a matar a más de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa.
Algunas personas, panistas sobre todo, pensarán que exagero, pero no. El profe Chano no sólo ha cometido los actos violentos y prepotentes que he mencionado en las líneas anteriores, ¡no!, el señor presidente municipal  corrió a varios empleados sindicalizados del municipio sin importarle su carácter de sindicalizados, su antigüedad, su necesidad de trabajar y sus demás derechos labores, el señor argumentó cínicamente y lo hizo público, que con el despido de esos trabajadores se ahorrarían millones de pesos al año. El acto es violento y brutal, porque se cierra al diálogo y hace que se lleve a cabo su orden de despido, refugiándose ahora en la ley del municipio libre, que según él lo faculta, como lo faculta despedir a auxiliares del Ayuntamiento si no se disciplinan con él.
El profe Chano es un dictador que impone su ley a cualquier precio sin importarle acuerdos políticos o sociales y eso es peligroso no sólo para Naranjos-Amatlán sino para el Estado y para nuestro país. Alguien tiene que detenerlo: el gobierno del estado, el gobierno federal, el congreso del estado, los ediles del Ayuntamiento que hasta ahora no han hecho nada; o nosotros, el pueblo, porque de seguir así no dudemos que termine como el presidente de Iguala Guerrero: asesinando a sus opositores y destruyendo a sus familias como sucedió es el caso de Ayotzinapa. El profe Chano debe comenzar a dialogar con todos los sectores y dejar de imponer su ley. Debe de olvidarse del rencor, la venganza y la prepotencia y debe ceder un poco para que el municipio y sus habitantes se sientan nuevamente seguros. Debemos detenerlo, si no terminará como el alcalde de iguala José Luis Abarca, quien mandó a asesinar a más de 43 estudiantes que no hicieron nada malo, sólo oponerse a su mandato.
                                  
                                                             Cuitláhuac Chávez Salinas